Los residuos radiactivos pueden provenir de:
Minería y tratamiento del mineral de uranio: estas actividades producen grandes volúmenes de residuos, con un porcentaje de uranio residual de entre el 0,1 y el 0,2%.
Enriquecimiento y fabricación del combustible: Durante el proceso de enriquecimiento y fabricación del combustible se generan pequeñas cantidades de residuos sólidos y líquidos ligeramente contaminados con uranio, ya que la gran mayoría del uranio se recupera. Los efluentes gaseosos se filtran antes de su vertido al medio ambiente.
Operación de los reactores para producción de energía eléctrica: la operación de las centrales nucleares da lugar a la generación de residuos sólidos o solidificados de bajo y medio nivel de actividad que contienen, fundamentalmente, productos de activación y fisión.
Combustible irradiado: la mayoría de los reactores nucleares de producción de energía eléctrica utilizan como combustible uranio ligeramente enriquecido en U-235. El combustible irradiado general calor como consecuencia del proceso de desintegración de los isótopos radiactivos que contiene; esta generación de calor continúa aún después de haber sido descargado del núcleo del reactor.
Este combustible, si no va a ser sometido a reelaboración, constituye un residuo de alta actividad que debe ser previamente "enfriado" antes de proceder a su acondicionamiento.
Medicina e industria: Los residuos radiactivos que se generan en las instalaciones médicas y hospitalarias, debido al uso de isótopos radiactivos para el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades, son fundamentalmente materiales contaminados por haber estado en contacto con esas sustancias (algodones, guantes, viales, jeringuillas, etc.).
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