Una vida corta
y brillante o una vida larga y discreta
La vida de una estrella depende de la cantidad de
combustible que tenga y del ritmo al cual lo consuma.
Una estrella muy grande, como una gigante azul,
tiene mucho hidrógeno para quemar. Pero lo hace a tal velocidad que su vida es
corta, mucho más corta que la de estrellas más pequeñas como el Sol. En menos
de unos pocos centenares de millones de años un gigante azul puede consumir
todo su hidrógeno, mientras que las estrellas más modestas pueden respirar
tranquilas durante 5.000 millones de años.
Mientras la estrella tenga combustible en forma
de hidrógeno, no sufrirá ningún síntoma de envejecimiento, no se alterará. Se
encontrará en una situación de equilibrio, una lucha entre la gravedad y el
calor.
El equilibrio interno entre gravedad empujando hacia
adentro y calor empujando hacia afuera dura la mayor parte de la vida de una
estrella.
La
energía de la fusión de la estrella no solamente produce calor y luz. También
expulsa una pequeña parte de la materia de la estrella hacia el espacio a gran
velocidad: es el viento estelar.
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